¿Quién era Catalina de Erauso?
Catalina de Erauso y Pérez de Galarraga, más conocida como la legendaria «Monja Alférez», fue posiblemente una de las figuras más extraordinarias de la edad de oro de España en el siglo XVII. Desde su huida del convento hasta su lucha como soldado en las tierras salvajes de América, vivió una vida extraordinaria que ha sido celebrada y aún hoy recordada.
Nacida en San Sebastián, España, en 1585 o 1592, era hija de una familia noble. De niña, sus padres quisieron relegarla a una vida de servicio religioso y la internaron en un convento dominico. Pero, con espíritu aventurero, escapó en 1607 y emprendió un increíble viaje de descubrimiento. Adoptó disfraces y alias masculinos, luchó como soldado por toda Sudamérica y Centroamérica, escribió su propia autobiografía y solicitó personalmente una pensión al rey Felipe IV de España.
Vida temprana
Aunque los detalles de su vida temprana son escasos, lo que se sabe es que Catalina nació en el seno de una familia vasca acomodada. A la temprana edad de cuatro años, sus padres la llevaron al convento de San Sebastián el Antiguo, donde su tía era priora.
Se cree que en el convento Catalina fue objeto de abusos por parte de una de las monjas mayores de su orden. Para escapar de este calvario, huyó del convento en 1604 o 1607. Junto con su propio doblón, recientemente descubierto, también se llevó algunos de los ornamentos de la Iglesia Católica. Éstos, junto con su ropa masculina, se convertirían en su disfraz más destacado durante los siguientes años de su vida.
Aventuras
Armada sólo con un oscuro destino y un sentido de la aventura, decidió viajar al Nuevo Mundo en busca de fortuna y fama. Sabiendo que los disfraces eran su arma más eficaz para sobrevivir, Catalina empezó a utilizar alias masculinos en sus viajes -el más notable, Antonio de Erauso.
En el lapso de no más de quince años, logró hazañas increíbles como soldado, participó en muchas escaramuzas e incluso se alistó en la tripulación de un galeón español. En 1617, llegó hasta la sede virreinal de Lima e incluso rescató a un misionero jesuita de su cautiverio en Darién durante las guerras casi constantes de la región.
Cuando la exótica corte colonial del virrey de Perú, Don Francisco de Borja y Aragón, oyó hablar de sus increíbles hazañas y proezas, se llenó de admiración. Quedó tan prendado de ella que tomó a Catalina a su servicio, apodándola «La Monja Alférez».
Jubilación y muerte
Cuando llegó a la corte la noticia del verdadero sexo de Catalina, fue destituida y encarcelada. Al ser liberada, escribió su autobiografía y la envió al rey Felipe IV de España.
Con extraordinaria suerte, su petición fue concedida y recibió una pensión real por sus servicios a la nación y a la Iglesia Católica. Murió en 1650, a la edad de 55 años, en Cuetlaxtla, Nueva España, cerca de Orizaba.
Legado
Catalina de Erauso, que tuvo una notable letanía de alias a lo largo de su vida, dejó su huella en la historia por ser una valiente exploradora y un símbolo de valor y aventura.
Aunque los detalles de su biografía siguen siendo casi totalmente autoinformados y podrían muy bien estar adornados, su tremenda e inspiradora historia resiste la prueba del tiempo, y se la recuerda como una figura valiente y extraordinaria de la edad de oro española del siglo XVII.